En este mundo informativo con tantos medios compitiendo por informar las noticias aunque pueden ser verdaderas, llevan una gran dosis de manipulación, dependiendo de la fuente donde vengan y de quienes las dicen.
Así las cosas, transitaba por la ondas radiales, de las emisoras de radio hispanas, cuando casualmente me tropecé con un programa donde dos comentaristas, hablaban sobre las noticias más relevantes del día.
Los comentaristas en cuestión hacían referencia a la investigación que la Cámara de Representantes de Estados Unidos, sigue contra los implicados en los sucesos ocurridos el 6 de enero 2021 incluyendo al ex presidente Donald Trump, cuando cientos de manifestantes después de asistir a una manifestación convocada por el ex presidente Trump, marcharon hacia el Capitolio con el propósito de impedir la certificación del resultado de las elecciones en que el candidato de Partido Demócrata Joe Biden, había ganado la presidencia.
Uno de los comentaristas se refería al episodio del Capitolio, diciendo que habían muerto varios policías durante la revuelta.
Nada más lejos de la verdad, cinco fueron los muertos, durante los sucesos del Capitolio, el sargento Brian D. Sicknick fue el único de policía del Capitolio que murió de una hemorragia cerebral a consecuencias de las heridas en la cabeza, la ex militar Ashli Babbitt, murió de un balazo a manos de la policía del Capitolio y tres personas a consecuencia de emergencias médicas. ¿Dónde están entonces los policías muertos?
Esta no es la primera vez que se manipula una noticia. Cuando se habla de lo que sucedió el 6 de enero, la prensa en su totalidad se refiere a los sucesos en términos como “terrorismo interno” entre otros, pero ¿qué hay en cuanto a los sucesos ocurridos durante el verano después de la muerte de George Floydo en mayo 2020, en los cuales el movimiento Black Lives Matter tuvo un papel protagónico?
Un informe del Harvard Radcliffe Institute revela que el Departamento de Homeland Security realizó una evaluación de las Amenazas a la Seguridad Nacional durante los 100 días de violencia que siguieron a la muerte de Floyd, llegando a la conclusión que las protestas de la organización Black Lives Matter fueron en su mayoría pacificas, y la violencia fue incitada y promulgada por grupos racistas.
El saqueo, la destrucción a los negocios y el caos originado en una gran mayoría de ciudades estadounidenses no fueron calificados por la prensa como “terrorismo interno”.
Si seguimos por ese camino, no investigando a fondo lo que se informa a la población, no solo se perderá la credibilidad en los medios informativos, sino que no sabremos donde acaba la verdad y comienza la mentira.
Mirta Luaces
Editor
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