Hace un tiempo que me hice el firme propósito de no ser más una de los asiduas televidentes a la presentación de los premios Oscar con que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, premia a la industria cinematográfica.
Después de lo que sucedió en esta última presentación, me alegro de haber tomado esa decisión, pues me evitó presenciar, un espectáculo que degrada a la sociedad.
Los premios Oscar se caracterizaban por la belleza y el glamor de la alfombra roja, con un derroche de elegancia y buen gusto.
Los premios eran otorgados a los mejores, sin tener en cuenta el color de la piel ni el mensaje político.
El declive de los valores en nuestra sociedad, también llegó a la presentación de los premios de la academia.
La chabacanería, las malas palabras, la falta de educación, el mal gusto, entraron por la alfombra roja, para premiar no a los mejores, sino a los “políticamente correctos”.
El bochornoso espectáculo que ofrecieron el comediante Chris Rock y el actor Will Smith no es nada más que un reflejo de lo que está sucediendo actualmente en nuestra sociedad, glorificando la violencia.
El chiste de mal gusto usado por Rock que aludía a la esposa de Smith, propinó que este último se levantara de la silla se dirigiera al escenario y le propinara una bofetada a Rock, al momento que vociferaba utilizando su mejor lenguaje callejero, “que no hablara de su esposa”.
Un comportamiento civilizado, decente de respeto al evento, al público presente y a los televidentes hubiese sido el que Smith y su esposa hubiesen abandonado el evento inmediatamente, como se lo pidieron, pero no fue así.
Habría que ver si el propósito de tan denigrante espectáculo fue deliberadamente planeado, al mejor estilo de Hollywood.
La prensa se hizo eco del incidente y por dos días no se habló de otra cosa, desviando la atención de noticias y hechos importantes que suceden en la actualidad.
Si por el contrario lo que sucedió fue un momento de ofuscación por parte de Smith al ver que su esposa fue aludida, Smith debió haber tomado otra actitud que no fuera la violencia.
Tanto Rock con la falta de respeto hacia la esposa de Smith, como la actuación de este ultimo para resolver el incidente, están enviando un mensaje equivocado a las generaciones jóvenes.
Los problemas ya no se resuelven razonando y hablando como adultos civilizados, ahora se resuelven a puño limpio.
Mirta Luaces
Editor
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