Es verdad, la realidad es que mucho ha cambiado en lo que respecta al sistema de educación escolar de nuestros niños en los últimos 40 años.
Recuerdo que cuando mi hijo mayor comenzó el kindergarten o sea el jardín de infantes, en la década de los años 70, las sesiones eran de medio día, donde la mayoría de las actividades consistían en jugar, al finalizar del curso, los niños, debían ser capaces de contar hasta el 10 y tratar de escribir y conocer las letras.
Era la época en que la mayoría de las familias no requerían de dos sueldos para mantener el hogar, y los hijos podían disfrutar de una niñez feliz.
Poco a poco todo comenzó a cambiar, ahora los niños, desde temprana edad, están integrados al horario regular de clases, porque ya ambos padres están fuera del hogar en el horario regular y el currículo nuevo académico incluye que sepan leer textos de lectura emergente con propósito al finalizar el jardín de infantes.
Pero los cambios hay llegado a otro nivel más alto incluyendo la “instrucción en orientación sexual y la identidad de género”, desde “kindergarten hasta el tercer grado”, lo que ha creado que los padres vean con preocupación, que clase de enseñanza están recibiendo sus hijos en las escuelas.
Esto ha hecho que la legislatura de la Florida, haya debatiendo la aprobación de la ley HB 1557 y SB1834, conocida como “los derechos de los padres en la educación”, que le da más control a los padres sobre qué se debe enseñar a los estudiantes.
Los que están a favor argumentan que debe enfocarse más en las materias académicas necesarias que son apropiadas para los estudiantes y los que se oponen a la ley alegan que la “ley es discriminatoria”.
Es de explicarse la preocupación de los padres, en cuanto a la enseñanza de orientación sexual y de identidad de género a tan temprana edad.
A las escuelas los estudiantes van a aprender, a desarrollar sus aptitudes académicas para poder enfrentarse a la vida, a por medio del aprendizaje saber cuáles son las aptitudes, bien profesionales o de un oficio determinado, que quieran seguir en un futuro, a capacitarse para el día de mañana, no ha recibir “orientación sexual ni identidad de género”, materias que no tienen lugar en el currículo académico estudiantil.
Los valores humanos, son herramientas que se pueden utilizar para combatir la discriminación, el enseñar la compasión para con los semejantes, sin importar género, raza, preferencia sexual u origen, puede ser más fácil de entender para las mentes jóvenes.
Mirta Luaces
Editor
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