“No hay peor ciego que el que no quiere ver”, el no reconocer la infiltración socialista en el sistema de educación del país, a todos los niveles incluyendo las universidades, podría calificarse de ceguera selectiva.
De sobra es sabido que la doctrina comunista o socialista o como quieran llamarla, desde el siglo pasado, trató de infiltrarse en los movimientos obreros de los Estados Unidos.
Al fracasar en este intento, porque el estándar económico y el poder adquisitivo de la clase obrera era alto, el adoctrinamiento, surgió como meta de la avanzada socialista, se concentró entonces en la clase estudiantil, comenzando por las universidades. Las mentes jóvenes representaban una cantera fértil e inagotable, para el caldo de cultivo del adoctrinamiento.
Las protestas en las universidades, contra la Guerra de Vietnam, de la década de los años 60, se multiplicaron y corrieron como un rio de pólvora por todo el país, apoyados por los “tontos útiles” que se unieron al coro de los que protestaban por la guerra, así las universidades dejaron a un lado, el ser centros de enseñanza para convertirse en las sedes de la izquierda.
Este frente socialista en las universidades del estado de la Florida, de pronto se han encontrado con la “horma de su zapato”, el martes el gobernador Ron DeSantis anunció una propuesta de ley para evitar que continúe el adoctrinamiento en los centros estatales de educación superior.
En un comunicado de prensa, el gobernador anunció que la propuesta contempla el “no financiar ni apoyar ninguna práctica institucional, política o requisito académico que obligue a creer en la teoría crítica de la raza o conceptos relacionados como la interseccionalidad, o la idea de que los sistemas de opresión deben ser el lente principal a través del cual se analicen y/o mejoren la enseñanza y el aprendizaje” o sea en ”buen castellano”, los que se busca con estos programas de enseñanza es el adoctrinar a los estudiantes en una idolatría que va contra los principios de la sociedad tal y cual la conocemos.
Desde que comenzó el ataque socialista en los centros educacionales, han ido escalando posiciones hasta llegar a querer implementar adoctrinamientos como la “teoría crítica de la raza” que no es nada más que una agenda que “supuestamente examina el racismo sistemático” junto con los nuevos programas que han surgido ahora, como el de “diversidad, equidad e inclusión”, que no son más que programas para lavarle el cerebro a la juventud, para que sigan los postulados del marxismo.
Al no ver como esta doctrina de la extrema izquierda está minando todos los sectores de nuestra sociedad, se está poniendo en peligro, los valores donde se sientan los fundamentos de la familia. Si no se abren los ojos a tiempo, pronto será demasiado tarde y todo estará perdido.
Mirta Luaces´
Editor
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