No se trata de una novela por televisión, ni de un folletín radial de un programa de episodios policiacos, se trata de un nuevo capítulo en la saga de los documentos clasificados, hallados en la casa del presidente Joe Biden y en la residencia del ex presidente Donald Trump en Mar-a-Lago, que según dicen, pudieran comprometer la seguridad nacional, aunque nadie sabe a ciencia cierta de que se trata los famosos documentos.
Los documentos hallados en el garaje de la casa del presidente Joe Biden, en Delaware y en la oficina que usó durante la vicepresidente, dejan una interrogante con más preguntas que respuestas sobre el tema.
La saga de los documentos comenzó con todo un despliegue policiaco en la residencia del ex presidente Donald Trump, en Palm Beach, inmediatamente los medios de comunicación se hicieron eco del escándalo, y hasta el mismo presidente Biden calificó el hecho de irresponsable.
Pero “no ha lengua que no habló que Dios no castigo”, y como el inquilino de la Casa Blanca también tiene “cola que lo pisen”, resulta que desde el 2 de noviembre, seis días antes de la elecciones de medio término, aparecieron los famosos documentos en la casa de Delaware, pero convenientemente se ocultó el hecho hasta pasadas las elecciones.
Por supuesto la prensa ha minimizado el incidente, restándole importancia, y alegando que no hay comparación entre los sucedido en Delaware con lo que sucedió en Mar-a-Lago.
Sin embargo, el inquilino en la casa de Delaware es nada más y nada menos que Hunter Biden, quien tiene alquilada la propiedad por la friolera de $49,000 mensuales.
En tela de juicio se encuentra la relación de negocios que el hijo del presidente ha sostenido con China y Ucrani, que es objeto de una investigación, de lo que ahora no se habla.
La Casa Blanca se ha negado a contestar preguntas a la prensa sobre los “famosos documentos” y el misterio continuo.
Lo que nos hace pensar que si el hallazgo de los “famosos documentos”, se trata de un cortina de humo de “management control”, de la actual administración, para desviar la atención del contenido de la computadora de Hunter, la participación del presidente en los “negocios” del hijo, a no dudarlo todo está muy confuso.
Quién sabe lo que hay detrás de todo esto, solo el tiempo tendrá la respuesta a tantas preguntas.
Mirta Luaces
Editor
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