El único debate entre el senador republicano Marco Rubio y la representante demócrata Val Demings aspirante al escaño de la Florida se llevó a cabo el martes en el Duncan Theatre del Palm Beach College State College en Lake Worth.
Rubio fue electo en el 2010 y aspiró a la nominación del Partido Republicano para las elecciones presidenciales del 2016, de ser electo completaría un tercer término.
El debate de una hora de duración estuvo a tono, con la agresividad verbal que caracteriza a los simpatizantes de la izquierda, los insultos, las faltas de respeto y las acusaciones se hicieron evidentes durante la hora de duración del debate.
Desde un principio fue evidente la parcialidad del moderador hacia Demings, permitiendo que ella interrumpiera a Rubio varias veces, sin llamarle la atención y exigiéndole al candidato republicano repuestas directas, mientras que Rubio quien ha participado en incontables debates como candidato al senado y a la nominación republicana para las elecciones presidenciales , mostró sus habilidades de debatiente frente a los constante insultos de Demings.
Demings refiriéndose al debate sobre el aborto, no desaprovechó la oportunidad, para calificar a Rubio de ser “sin corazón, desconectado del impacto humano en cuanto a sus políticas sobre el aborto y control de armas”.
Últimamente los debates políticos entre candidatos a diferentes posiciones en vez de un intercambio de ideas a debatir, de ofrecer al electorado la mejor posición en cuanto a la solución de problemas que aquejan las comunidades, se han convertido por el contrario en apasionados intercambios de agresiones verbales, insultos y acusaciones.
Por otra parte tanto los moderadores, como los panelistas, en vez de formular preguntas imparciales, muestran parcialidad a los candidatos del partido de sus preferencias.
Durante la hora que duró el debate televisado en la Florida, los votantes no pudieron hacer un análisis claro de cómo solucionar los principales problemas de aquejan el estado del sol.
El tema más candente del debate fue el de la candidata demócrata al defender y atacar a Rubio por la posición de la línea del partido sobre el aborto, y Rubio por su parte a tratar de salir del paso lo mejor posible.
Para muchos Rubio salió airoso y para otros Demings fue la vencedora, pero los verdaderos perdedores han sido los votantes de la Florida, que tuvieron que presenciar intercambio digno de una pelea “callejera” y no de un debate político.
Mirta Luaces
Editor
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