Más de lo mismo

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No es que me guste hablar siempre de los mismo, pero las circunstancias me obligan a “seguirle dándole palos a un burro muerto”.

De mis días de estudiante recuerdo una frase, que nuestra profesora de español una persona muy versada en el idioma de Cervantes, que solía repetir con frecuencia “la ignorancia es atrevida y suele ser peligrosa”.

La ignorancia de las autoridades federales y de los medios de comunicación en cuanto a cómo describir la inmigración ilegal en las fronteras de Estados Unidos, es alarmante.

Durante el fin de semana, la noticia de que nueve balseros cubanos habían arribado a  la costa de Jupiter llamó mi atención, el comunicado de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos en cuestión, se refería al desembarco de los cubanos como “un evento de contrabando de tráfico humano”, y adjuntaba una foto de una balsa rudimentaria de confección casera en la que viajaron.

Según el Departamento de Seguridad Nacional, la descripción de “contrabando de tráfico humano es un negocio de dinero, que se describe como la importación ilegal de personas a un país mediante la evasión deliberada de leyes de inmigración. “

Al observar la foto que acompañaba el comunicado, me pregunto ¿Quién en su sano juicio, le pagaría a alguien para realizar esta “operación de contrabando de tráfico humano” en una precaria embarcación atravesando los peligros de las aguas del Estrecho de la Florida?.

Por supuesto el agente de la Oficina de la Patrulla Fronteriza que redactó el comunicado, ni se detuvo a pensar, ni analizar la foto,  ni a buscar información al respecto.

Sin embargo, la frontera suroeste, en los últimos 18 meses se ha visto inundada por personas procedentes de todos los países, a los que se les permite permanecer en suelo estadounidense.

Los coyotes, contrabandistas de tráfico humano, que operan en la frontera suroeste de los Estados Unidos, son los encargados por dinero, que en algunos casos son sumas astronómicas, de la entrada ilegal al país.

¿Por qué a los llamados “coyotes” no se les llama por su verdadero nombre, “contrabandistas de tráfico humano”?

Estos cubanos que llegaron a Jupiter arriesgando  sus vidas en las peligrosas aguas del Estrecho de la Florida, en embarcaciones rusticas, cuyas probabilidades de llegar a tierra sano y salvo no eran las mejores, serán devueltos inmediatamente a Cuba, debido a la política adoptada en el 2017 por la administración del ex presidente Barack Obama.

Pero si en vez de correr los riesgos de navegar hasta las costas floridanas, estos nueve cubanos, hubieran viajado a Nicaragua, contactado allí a un contrabandista o sea a un “coyote”, que le hubiera garantizado la travesía y la entrada ilegal al país, los mismos hubieran recibido un permiso de estadía, y no hubieran sido calificado como un “evento de contrabando de tráfico  humano”.

Indudablemente que hay cosas que no tienen explicación, y la ignorancia de algunos medios gubernamentales no tiene justificación.

Mirta Luaces

Editor

mluaces@laguianews.com

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