Recuerdo que hace más de 60 años, cuando recién llegada a Estados Unidos, en una reunión familiar mi tío Pepé dijo, que la América Latina, caería en la órbita comunista, y que el “comunismo” podría también llegar a Estados Unidos.
En aquel entonces, la proyección de mi tío, me pareció un poco fantasiosa, era la época de la “Alianza para el Progreso” con que Estados Unidos al mando del entonces presidente John F. Kennedy, trataba de salirse al paso a la influencia que la reciente revolución cubana podría tener en un futuro en la América Latina, proporcionando ayuda económica a los países de la región.
Los pronósticos de mi tío Pepé resultaron exactos, los fallidos intentos, por parte de Estados Unidos de liberar a Cuba de la garras del comunismo internacional han rendido su fruto, el eje del mal que se originó con el arribo de Castros y sus huestes al poder, en 1959 se ha reproducido en el hemisferio americano, con una serie de gobiernos de tendencia “socialista, progresista, o de la extrema izquierda” que no son nada más que réplicas del comunismo que desgobierna a Cuba.
Cuando vieron que con las guerrillas no podía conquistar el poder, al estilo de Cuba, decidieron utilizar las armas de la democracia y acudir a las urnas, entonces la izquierda llegó al poder para perpetuarse, primero Nicaragua, seguido por Venezuela, el resto de los países con gobiernos de izquierda como Perú, Chile, México, amenazan con reformar la constitución, para seguir el camino de Cuba, Nicaragua y Venezuela, ahora Colombia la joya de la corona, el mejor aliado de los Estados Unidos en el hemisferio a sucumbido a la ola de gobiernos de izquierda.
En las elecciones de segunda vuelta celebradas en Colombia, el 19 de junio, el candidato de la extrema izquierda Gustavo Petro, resultó el triunfador con el 50% de los votos, contra el candidato populista el ingeniero Adolfo Hernández con el 47% de la votación.
Petro un ex guerrillero miembro del grupo M-19, llega al poder con una “agenda socialista” que promete transformar las fuerzas armadas, eliminar el servicio militar obligatoria y reestructurar la policía nacional reubicándolas en los ministerios de interior o justicia.
Además prometió poner en marcha la “reforma agraria” “repartiendo las tierras principalmente a las mujeres rurales” y eso solo el principio.
¿Es coincidencia o un libreto aprendido en los escuelas de adoctrinamiento comunista de Cuba donde se entrenan a todos estos futuros caudillistas de izquierda?
Qué razón tenía mi tío, al predecir los acontecimientos que están ocurriendo en nuestra América Latina, falta por ver si también tenía razón al decir que el socialismo o comunismo también podrían llegar a Estados Unidos.
Mirta Luaces
Editor
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