Han sucesos rutinarios, que se convierten en grandes acontecimientos y cambian el curso de la historia.
En junio 1972 dos reporteros del periódico Washington Post, Bob Woodward y Carl Bernstein, estaban asignados a cubrir los hechos policiacos en la capital estadounidense, un insignificante de causa de robo llamó la atención de los periodistas, el arresto de siete personas acusadas de irrumpir en la oficina del Partido Demócrata en el complejo de edificios Watergate.
Lo que comenzó como un simple reportaje de un allanamiento a una oficina, términos en 1974 con la renuncia del presidente Richard Nixon a la presidencia de Estados Unidos.
El 25 de mayo 2020, la detención de un afro estadounidense por presuntamente utilizar un billete de 20 dólares falsos, lo que propinó su detención y el uso excesivo de fuerza por parte del agente Derek Chauvin, un policía de la raza blanca de Minneapolis, que le causó la muerte.
El video mostrando como Chauvin le aplicaba una técnica de estrangulación, método usado por la policía, y como Floyd suplicaba en el suelo con la rodilla del policía sobre su cuello que no podía respirar, lo que le causó la muerte.
El hecho exacerbó las pasiones de la comunidad afro estadounidense, surgiendo protestas a lo largo y ancho del país, exigiendo un cambio en los métodos policiacos, eliminando las técnicas que pudieran causar la muerte, justicia social pedían los manifestantes.
Sin embargo lo que comenzó con grito de protesta por parte de una comunidad que se siente maltratada por las autoridades, se ha ido tornando en algo más preocupante y más serio, a las protestas pacificas le han seguido, la violencia, el saqueo de comercios, incendio de propiedades, muertes innecesarias, el pedido de la eliminación de los cuerpos policiacos y por último la eliminación de estatuas y monumentos que son parte de la historia o sea la historia misma que nos antecedió.
Las protestas dieron al traste con las estatuas de los líderes confederados y en los últimos días, los monumentos a la Confederación han sido destruidos o dañados y hasta las estatuas de Cristóbal Colon, también ha sido destruidas o vandalizadas.
Es peligroso cuando los movimientos cívicos, que reclaman derechos, tuercen el camino y tratan de borrar la historia de un país, negando el pasado.
Los errores pueden corregirse cuando se recorre y se sabe el camino trazado por hechos históricos, de lo contrario, estaremos en peligro de volver a cometer los mismos errores del pasado.
Mirta Luaces
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