Ni hispana, ni latina, ni brown, solo cubana exilada
Cuando los primeros cubanos llegaron a la Florida, al triunfo de la revolución castrista, al principio de la década de los 60, los medios de comunicación señalaban a los recién llegados como los exilados cubanos o los refugiados cubanos de raza blanca, negra o amarilla, como se conocían las razas en aquel entonces.
Sin embargo, esa definición no le venía bien a las extrema izquierda que agazapados en las sombras, veían como el incipiente recién establecido gobierno comunista se desacreditaba, ante la oleada de refugiados que huían del régimen.
Entonces la izquierda decidió, que para mejor servir a sus intereses, los cubanos, y los ciudadanos de países de América Latina, debían ser clasificados como grupos étnicos, no por raza o grupos nacionales, o sea no cubano de raza blanca o negra o amarilla.
En junio 1976 el Congreso aprobó una ley que ordenaba la recolección y análisis de datos de grupos étnicos específicos, los americanos de origen o ascendencia española. Los datos deberían ser usados por escuelas, hospitales públicos, y agencias de servicios públicos, para conocer a cuantas personas que hablaban español se les prestaba servicios.
La ley describía como hispanos a los americanos que hablaban español, por ser de origen o ascendencia de países como México, Puerto Rico, Cuba, centro y sur América, el término fue adoptado por las oficinas federales y la Oficina de Administración de Presupuestos de los Estados Unidos, definió como hispano o latino a las personas de cultura u origen cubano, mexicano, dominicano, puertorriqueño, colombiano, suramericano, centroamericano o cualquier otra cultura u origen de raíz española independientemente de su raza, dejando fuera de la clasificación a los haitianos, y brasileños, que sencillamente se les identifica por su país de origen y raza.
El vocablo comenzó a cobrar popularidad, y los cubanos, dejamos de ser cubanos para convertirnos en hispanos.
Pero como todo cambia, y la izquierda tiene la virtud de usar la semántica a su antojo para promover sus agendas, resulta que en los recientes debates entre los candidatos a la nominación presidencial del Partido Demócrata para las elecciones de noviembre 2020, hemos escuchados como varios de los candidatos al referirse a los votantes “de habla hispana”, nos han calificado como los “votantes browns”, o se todos somos de color bronceado, no importa la raza o nacionalidad.
No es nada nuevo, que los estadounidenses de origen anglo, piensen que todos los que venimos de América Latina o el Caribe, seamos de raza mestiza, lo importante es que pese a la adversidad de los choques de cultura, los llamados “hispanos o browns o como quieran llamarnos,” hemos logrado mantener nuestras costumbres y tradiciones de nuestros países de origenes.
Por eso ni soy hispana, ni soy latina, ni soy “brown”, soy simplemente cubana exilada.
Mirta Luaces
Editor mluaces@laguianews