Mi abuela materna, una isleña nativa de Las Palmas de Gran Canaria, con mucho temple, solía usar los refranes para referirse a cualquier situación ya fuese familiar o simplemente comentar el acontecer diario del país.
Así, cuando las cosas no iban bien en el ámbito político, nos decía “cada pueblo tiene el alcalde que se merece,” y no es menos cierto que los hispanos en el Condado Palm Beach, tenemos lo que nos merecemos, por no hacer nada por cambiar la situación.
La Junta del Distrito Escolar del Condado Palm Beach es uno de los perfectos ejemplos, en que no se tienen en cuenta a los hispanos, a pesar de que el 33 por ciento del estudiantado es hispano y se calcula que para el censo del 2020, los estudiantes lleguen a la suma del 40 por ciento, o sea casi la mitad de la población estudiantil, pero a pesar de los números impresionantes, todavía no tenemos una representación hispana en la junta escolar.
¿Por qué suceden estas cosas? Pues porque sencillamente los hispanos no votan, no van a las reuniones de las juntas a reclamar sus derechos.
Hace aproximadamente tres años, después de la renuncia del superintendente E. Gent, la junta decidió que el nuevo superintendente debía, ser alguien de fuera del distrito, en aquel entonces se comenzó una búsqueda nacional, para encontrar el perfecto candidato que liderara los destinos del distrito escolar, el onceavo más grande del pais.
Varios fueron los candidatos, después de múltiples entrevistas se llegó a cinco finalistas de los cuales y por ultimo tras aceptar un jugoso contrato, Robert Avossa, quien había sido superintendente en el Condado de Fulton, Georgia, fue el seleccionado.
Avossa a solo escasos tres años, como superintendente del distrito escolar, en febrero presentó su renuncia, alegando que había aceptado una posición en una compañía que se dedica a la impresión de materiales de educación. La recomendación de Avossa, fue la de contratar al Dr. Donald Fennoy, director de operaciones del distrito escolar, quien había trabajado con Avossa en Atlanta Georgia y solo llevaba tres años en el distrito, como sus sustituto.
No se siguieron las recomendaciones pedidas por la Coalición Hispana para la Educación del Condado Palm Beach, (HEC por sus siglas en inglés) quien pidió a la junta escolar que se hiciera una búsqueda nacional y que el nuevo superintendente tuviera un doctorado en educación y fuese bilingüe.
Lo lógico hubiese sido que se siguieran esas recomendaciones, dado que el porcentaje de estudiantes hispanos en el distrito así lo reclama, pero se ignoró ese pedido, sin embargo después de la tragedia ocurrida el 14 de febrero en la escuela de Parkland, entre las nuevas medidas adoptadas por el nuevo superintendente y la junta escolar, se encuentra la de actualizar el cargo de jefe de la policía escolar, para esa posición se llevará a cabo una búsqueda nacional para encontrar el candidato ideal para el cargo, el actual jefe Lawrence León, quien tendrá que aplicar a su posición, y lo más probable, es que sea reemplazado.
Ese doble estándar de la junta escolar, no es nada nuevo, pero la culpa es de nosotros los hispanos, que no votan, cuando llegan las elecciones para elegir a los miembros de la junta, que no inundan el recinto del distrito escolar durante las reuniones los miércoles de la junta escolar para reclamar lo que justamente nos pertenece.